Desde el histórico 8 de marzo de 1857, hasta nuestros días, la desigualdad de género es una realidad social que continúa marcando nuestras vidas. Desigualdades y discriminaciones que se han normalizado en los femicidios, en la desigualdad laboral, en la violencia y la injusticia; en calles, lugares de estudio y trabajo donde el acoso aún pervive.
Nos negamos a normalizar situaciones de discriminación y violencia, porque hacerlo sería negar nuestra propia existencia, callarlo sería convertirnos en cómplices de la impunidad que sostiene y legitima la violencia de ayer y de hoy.
Para avanzar hacia una sociedad más justa, no basta con el mero reconocimiento de derechos. El machismo se aprende y también se puede deconstruir. Los cambios se generan a través de la adopción de medidas concretas y adecuadas que tiendan a la eliminación de la discriminación de género y a alcanzar una igualdad real y efectiva.
Esto no es posible sin la participación de las mujeres en los ámbitos de decisión y sin la integración de la perspectiva de género en el diseño y ejecución de políticas públicas, en la incorporación de esta perspectiva en los planes de estudio de todos los niveles del sistema educativo.
En este sentido, reclamamos:
- Mayor protección y apoyo a las víctimas de violencia de género y a sus hijos e hijas.
- Incorporación de programas de apoyo a la comunidad para instaurar mecanismos de apoyo y denuncia de violencia de género, por parte de organizaciones e instituciones.
- Programas de apoyo y capacitación técnica a las mujeres para lograr una mayor independencia económica.
- Mejora de la formación y atención de las instituciones y organismos de atención en caso de violencia hacia las mujeres.
- La implementación de programas de prevención de violencia y programas dirigidos a hombres.
Estas reclamas, parten del Estudio de levantamiento de información sobre todo tipo de violencia que enfrentan las mujeres del Distrito Municipal Santiago Oeste, realizado en el marco del proyecto.
Desde el proyecto Habitabilidad II, y desde todas las entidades que colaboramos en el mismo, reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad de género, para que la igualdad sea una realidad que se vive cotidianamente. Advertía Simone de Beauvoir, “No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”.