En el Distrito Municipal Santiago Oeste se ubica el Vertedero de Rafey, la segunda mayor zona de disposición de residuos a cielo abierto de República Dominicana con un total de más de 1.200 toneladas diarias de desechos. La proximidad de barrios como el Barrio Santa Lucía, La Piña, Alma Rosa I y II con el vertedero, aumentan las problemáticas ambientales y de salud de diversa índole.
La Ley 64-00 de Medio Ambiente de República Dominicana recoge la importancia y la necesidad de que en todos los centros de estudios se implanten conocimientos y materias sobre educación ambiental. Así mismo, la Junta Distrital de Santiago Oeste recoge en sus directrices y en el desarrollo del programa “Dominicana Limpita” la necesidad de implementar programas de educación ambiental en los centros educativos.
La cercanía de esta zona al Vertedero de Rafey evidencia aún más la necesidad de concienciar al alumnado, así como a los agentes multiplicadores (centros educativos y organizaciones comunitarias) de la necesidad de tomar conciencia del cuidado del medioambiente para garantizar una calidad de vida digna en un hábitat sostenible a las generaciones futuras.
En este sentido, en sinergia con el Distrito Educativo 08-04, se coordina con los equipos gestores de los centros educativos retomar las actividades sobre los Clubes Ambientales y los trabajos con los huertos escolares, destacando el impacto que estos generan en las comunidades.
Los Clubes Ambientales son una estructura operativa interna conformada por estudiantes y profesores que tiene la misión de gestionar el ambiente en el centro educativo y su entorno comunitario. La estrategia para la gestión ambiental en los centros educativos se fundamenta en el desarrollo de cuatro ejes:
- La gestión ambiental interna
- La extensión ambiental académica
- Fortalecimiento institucional del club
- Dinámica operativa
Por otro lado, los Huertos Escolares son zonas cultivadas en torno a las escuelas o cerca de ellas, que (en parte) están bajo el cuidado de los alumnos y suelen producir vegetales, frutas, plantas medicinales, flores y en algunos casos se crían animales pequeños como gallinas, conejos, cabras, e incluso peces. Los huertos escolares implementados con fines pedagógicos (acompañados de un componente educativo) constituyen una plataforma de aprendizaje práctica que incorpora una variedad de actividades interdisciplinarias, con múltiples beneficios a corto, mediano y largo plazo para la comunidad escolar.
El respeto por el entorno comienza en el hogar, y también en la escuela. El recinto escolar contiene elementos del medio ambiente natural, el medio construido y el entorno social: tierra, plantas y árboles, insectos y vida silvestre, el sol y la sombra, el abastecimiento de agua y las instalaciones sanitarias, los senderos y los cercados, los espacios para el esparcimiento y el estudio, la vida social y los contactos con el mundo exterior. La concienciación del alumnado sobre estos entornos y de manera en que aprendan a tratarlos, les ayudará a convertirse en adultos responsables.
A lo largo de estos meses, se ha abordado la conformación de los Clubes Ambientales, impartiendo talleres formativos en el Politécnico Profesor Plinio Rafael Martínez, el Centro Educativo San Francisco de Asís, las Escuelas Camila Hernández, Eugenio Deschamps, Emma Balaguer, Simon Bolívar, Juaquin Soler, Reverendo Diógenes, Cesar Augusto Viloria, Sor Petra y Gabina de León.
Actividades desarrolladas en el marco del proyecto “Habitabilidad II”, implementado por Fundación Solidaridad, CIDEL y Fundación Balms para la Infancia, con la cofinanciación de la Xunta de Galicia.