Descatamos la importancia de la participación juvenil para avanzar cara sociedades más resilientes, equitativas y sostenibles. La participación juvenil involucra el reconocimiento y alimentación de las fortalezas, intereses y habilidades de los jóvenes al ofrecer oportunidades reales para que se involucren en las decisiones que los afectan como individuos y como grupo dentro de la comunidad en la que se integran.
En este sentido, rescatamos once pautas propuestas por la Fundación FAD, a tener en cuenta para implementar y favorecer la participación social de la juventud en las comunidades y organizaciones de la sociedad civil:
1. Reconocer que las personas jóvenes ya son líderes en desarrollo sostenible en muchos ámbitos de la vida social (asociacionismo, emprendimiento social…).
2. Percibir la participación de los y las jóvenes como una necesidad social (necesidad relacionada con la plena inclusión social) en sí misma, en lugar de una solución a un problema.
3. Entender la necesidad de cooperación intergeneracional. En la actualidad, muchas personas jóvenes están participando en sus propios espacios, pero encuentran enormes barreras para poder trabajar en los espacios “grandes” y socialmente reconocidos. En este sentido, es necesario que los espacios “adultocéntricos” abran sus puertas al debate intergeneracional.
4. Reconocer la necesidad de que los grupos más jóvenes participen en la formulación de políticas públicas, pues sólo con su implicación real pueden elaborarse políticas asentadas en la experiencia, las necesidades y la percepción de los y las jóvenes.
5. Entender que los y las jóvenes no son un “grupo” homogéneo y que, por tanto, es necesario que el perfil de las personas jóvenes que participan en la vida pública sea lo más diverso posible, para con ello poder tomar en consideración todos los posibles escenarios sociales que tienen cabida en una misma comunidad.
6. Crear más estrategias económicas que tengan como principales protagonistas a los y las jóvenes.
7. Fomentar la participación de la sociedad civil a una edad temprana. En general, la participación ciudadana está condicionada por los hábitos de participación que se han adquirido durante la infancia y la juventud. Por ello, es necesario que (dada la correlación entre participación ciudadana y empleabilidad) el fomento de la participación infantil y juvenil sea una prioridad política, ya que una ciudadanía comprometida, es garante de unas políticas eficaces y sensibles a la realidad social.
8. A menudo, los y las jóvenes y los y las líderes de las sociedades civiles, se enfrentan a problemas relacionados con el acceso y la distribución de los recursos. Por ello, es necesario que el encuentro entre jóvenes e instituciones se convierta en una práctica política habitual, con el objetivo de poder compartir el mayor número de conocimientos y experiencias posibles.
9. Configurar redes juveniles de control del ejecutivo, a fin de poder aprender y encontrar soluciones que respondan a sus propias coyunturas sociales.
10. Incluir a personas jóvenes en todos los ámbitos de la vida institucional, de manera que la perspectiva juvenil no sea un ámbito en sí mismo, sino que sea incluida de manera transversal en toda la esfera pública.
11. Por último, lo más obvio pero aún necesario: escuchar, tomar en serio y actuar sobre la opinión de los y las jóvenes.
Desde las entidades que implementamos el proyecto “Habitabilidad II” destacamos la importancia de incorporar a la juventud en las acciones de incidencia y participación social que se realizan en el marco del mismo, tanto en el #BarrioSantaLucía como en el Distrito Municipal #SantiagoOeste.
En el marco del proyecto “Incidencia III” se organizó el Curso de Activismo Juvenil en el que participaron jóvenes de Santa Lucía y el distrito municipal Santiago Oeste, y se habilitaron espacios de convivencia y herramientas para el activismo y la participación social como agentes de cambio. Así mismo, se organizó el I Seminario Internacional por los Derechos de los y las Adolescentes, en el que participaron representantes de diversas organizaciones juveniles del país, (incluida la Agrupación Acción y Poder Juvenil de Santa Lucía, que nació en el marco del Curso de Activismo Juvenil) y representantes internacionales de Perú, Cuba y España.
A lo largo del proyecto “Habitabilidad II” se dará continuidad al Curso de activismo juvenil y a las acciones encaminadas a la involucración y participación juvenil. En este sentido, animamos a los y las jóvenes a continuar conociendo, aprendiendo, participando y luchando por sus derechos.